Fecha de publicación: 23/06/2025
La corrupción en el Perú ha sido un obstáculo persistente para el desarrollo económico y social del país. Su impacto se extiende más allá de la esfera política, afectando directamente a la economía, el bienestar social y la confianza pública. En este contexto, la implementación de sistemas de gestión antisoborno, como la ISO 37001, se vuelve esencial para las organizaciones comprometidas con la transparencia y la ética.
Efectos en la economía peruana
La corrupción genera pérdidas económicas significativas que podrían haberse destinado a áreas clave como salud, educación e infraestructura. Según la Contraloría General de la República, entre 2021 y 2023, el país perdió aproximadamente S/ 72,000 millones debido a prácticas corruptas. Esta cantidad equivale a más del 10% del Producto Bruto Interno (PBI) anual, recursos que podrían haber financiado la construcción de hospitales, colegios y la creación de empleos.
Además, estudios han demostrado que la corrupción puede reducir el crecimiento económico regional en un 5.4%. Esta disminución en el crecimiento económico afecta la competitividad empresarial y limita las oportunidades de desarrollo en diversas regiones del país.
Impacto en la inversión y competitividad empresarial
La percepción de corrupción afecta negativamente la confianza de los inversionistas. Según el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de 2023, el Perú ocupó el puesto 121 de 180 países, una caída significativa desde el puesto 101 en 2012. Esta percepción de corrupción incrementa los riesgos para los inversionistas y dificulta la atracción de inversiones extranjeras, esenciales para el crecimiento económico sostenible.
Consecuencias sociales y pérdida de confianza
La corrupción también tiene efectos devastadores en el bienestar social. La desviación de recursos destinados a servicios públicos esenciales como salud y educación afecta principalmente a las poblaciones más vulnerables. Además, la falta de transparencia y la impunidad erosionan la confianza de la ciudadanía en las instituciones públicas, debilitando el tejido social y democrático del país.
Impacto en el sector privado
Contrario a lo que muchos podrían pensar, la corrupción no solo daña al Estado. Las empresas también se ven afectadas por entornos donde prevalece la falta de ética:
En LAFORSE-HG, entendemos que la lucha contra la corrupción es fundamental para el desarrollo de una sociedad justa y equitativa. Por ello, hemos implementado el sistema de gestión antisoborno ISO 37001, reafirmando nuestro compromiso con la transparencia, la ética y la legalidad en todas nuestras operaciones. Rechazamos categóricamente cualquier forma de soborno y trabajamos activamente para prevenir, detectar y abordar prácticas corruptas, contribuyendo así a la construcción de un entorno empresarial más íntegro y confiable.